Al principio eso de llevar el balón oval al medio de la nada, a poblados aislados en la dura naturaleza de Madagascar, parecía una utopía, una idea descabellada. Desde el primer lanzamiento en la tierra roja —mientras los apasionados voluntarios de Terres en Mélées explicaban los valores universalmente reconocidos del rugby— se han dado muchos pasos hasta el día de hoy. Los números hablan claro y revelan un éxito indiscutible: 537 niños, de edad comprendida entre 7 y 18 años han participado regularmente en las clases de las escuelas, 90 jugadores y jugadoras de 7 a 18 años de edad han participado en competiciones semanales de rugby; la RUGBY ACADEMY IHOROMBE ha participado en 7 torneos regionales y 4 torneos del campeonato nacional de rugby juvenil.
Tozzi Green sostiene Terres en Mêlées desde 2015 para promover y arraigar el rugby solidario en la región de Ihorombe. En 2017 nació RUGBY ACADEMY IHOROMBE, con el objetivo de ofrecer a los jóvenes de la región la posibilidad de crecer con los valores del rugby y de viajar a través del país para participar en las competiciones.
Desde 2018 la iniciativa promovida por Tozzi Green Madagascar y Terres en Mêlées cuenta con el apoyo de un importante colaborador, la empresa francesa MANE. Una colaboración sólida que, para los tres próximos años, se compromete a promover la actividad deportiva, la construcción de un programa de educación a la diversidad de las culturas, la igualdad hombre-mujer, la educación ambiental, la protección del territorio y la cooperación internacional.
El proceso es intenso y rico en etapas importantes, una prueba continua del extraordinario potencial del rugby para promover el bienestar físico y emocional, la socialización y la emancipación. En efecto, la colaboración entre Tozzi Green Madagascar y Terres en Mêlées ha permitido alcanzar importantes logros:
llega la educadora de Terres en Mêlées, Olivia, que ahora se encuentra en Satrokala para coordinar el proyecto y dirigir las acciones educativas con los jóvenes.
La RUGBY ACADEMY IHOROMBE participa en el primer campeonato nacional de rugby juvenil.
La RUGBY ACADEMY IHOROMBE se califica para la final del campeonato nacional de rugby juvenil en Tana, donde el equipo femenino de Satrokala es finalista.
veinte jóvenes jugadores y jugadoras del rugby francés viajan a Madagascar para el intercambio cultural, deportivo y solidario RAID FADA (proyecto instituido por Terres en Mêlées en 2015) con el apoyo de Mane y Tozzi Green Madagascar.
inauguración del campo de rugby de Satrokala por iniciativa de Tozzi Green Madagascar, un evento patrocinado por el ministro de la Juventud y del Deporte en presencia de las autoridades locales y de los periodistas. El campo de Satrokala es el primer campo de rugby de la provincia; gracias a las competencias y a las técnicas de vanguardia de Tozzi Green, este terreno de juego ha dotado a la RUGBY ACADEMY IHOROMBE de un espacio seguro e idóneo para realizar las competiciones oficiales. El campo es hoy un lugar de reunión, un espacio vital y sano donde crecer y conocerse.
la RUGBY ACADEMY IHOROMBE gana el torneo regional en Toliara y se califica para las finales nacionales de Tana.
La RUGBY ACADEMY IHOROMBE participa en las finales del campeonato nacional de rugby juvenil en Tana, donde el equipo femenino de Satrokala obtiene el cuarto puesto.
los jóvenes jugadores y jugadoras participan en un entrenamiento de World Rugby.
Tozzi Green ha puesto a disposición un miniautobús Mercedes Sprinter, importante para desplazarse fácilmente y también ha colaborado en la realización de un huerto gestionado y mantenido por los jóvenes de ambos sexos. Para Tozzi Green Madagascar, Terres en Mêlées y MANE, apoyar el rugby significa viajar, conocer. Formar a jóvenes educadores del territorio y desarrollar actividades formativas en las escuelas secundarias y primarias y en el jardín de infancia. Participar en competiciones nacionales para permitir que jóvenes de distintos orígenes puedan conocerse entre sí aprendiendo a estar juntos, a descubrir nuevos paisajes y modos de vivir. Educar a la paz, a la colaboración, al desafío constructivo. Contribuir a la emancipación personal y social.
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Marcelia, Pela y Sonia son tres chicas de poblados remotos del sudoeste de Madagascar. Durante 4 años han tomado parte en el proyecto “Enfant et Développement” de la asociación Terres en Mêlées. Junto a sus educadores, crecen, adquieren confianza, aprendiendo a ponerse en valor como mujeres en su comunidad, a través de la práctica del rugby.
En 2018, Marcelia fue protagonista de un primer documental, “La jeune fille et le ballon ovale” (La muchacha y la pelota ovalada), dirigido por Christophe Vindis y producido por Les Docs du Nords. Transmitido en los canales franceses de televisión, el documental habla de las condiciones de vida en su país de origen y la historia de su rescate social gracias al descubrimiento de la “pelota ovalada”, que será su gran afición y hará de ella un auténtico ejemplo de emancipación para todas las jóvenes de su comunidad.
“Tout est possible” (Todo es posible) se desarrolla en 2019, año en que sucede lo impensable. Marcelia y sus amigas, Sonia y Pela, tienen finalmente la oportunidad de descubrir Francia y de compartir sus historias, sus experiencias. Un viaje extraordinario de Toulouse a París que las llevará hasta el centro del césped del Stade de France.
“Tout est possible” del director Christophe Vindis narra su ejemplar aventura.
Una película realizada en colaboración con la Fundación Société Générale, Tozzi Green, Mane y Mikea Lodge.
Pela supo al instante que ese balón oval traía una ocasión única: al lanzarlo el educador, lo aferró inmediatamente, con firmeza. Todo empezó con un juego, un viaje hacia una formación cada vez más definida de su vida. Pela es hoy una jugadora puntera de la Rugby Academy Ihorombe: con quince años, tiene un cuerpo vigoroso, ojos luminosos y una sonrisa que emana aire fresco al abrirse. Baja la mirada cuando le hablas, pero luego se anima y se expresa con seguridad: no tiene ninguna duda de que el rugby es su verdadera dimensión, lo que le permite expresarse y adquirir un rol en la familia, en el grupo de sus compañeros, en todo el poblado.
Su talento, cada día más evidente, llamó la atención en los campeonatos provinciales y contribuyó al ascenso de su equipo, Rugby Academy Ihorombe, en la clasificación. En el verano de 2018 hizo que fuera seleccionada para entrenar con el equipo nacional femenino junior. Era la primera vez que una jugadora de la “costa” se encontraba con las jóvenes de la nacional, que normalmente proceden de las élites de los “altiplanos”.
Ha vivido sola y lejos de casa durante cuatro meses. Ha sabido hacerlo afrontando el miedo como lo hace en el campo, como un desafío de la vida, una posibilidad de emancipación. La rapidez de sus piernas, la fuerza de sus brazos y la luz de su rostro la han llevado hasta París, donde el 1 de febrero de 2019 protagonizó el saque de salida del Seis Naciones de rugby en el estadio de Francia junto a sus compañeras Marcelia y Sonia.
Hacía mucho frío, llovía, le hicieron muchas fotografías, muchas preguntas, pero no perdió en ningún momento el entusiasmo, la gratitud por estar allí aprendiendo y conociendo al gran número de personas que trabajan en torno a este deporte ético y solidario: Francia, Italia y Madagascar tendiéndose la mano, encontrando soluciones, ofreciendo oportunidades comunes. En la conferencia de prensa realizada en la Société Générale le preguntaron cómo podía ser tan fuerte: “he aprendido a jugar en la tierra roja y dura y he desafiado a equipos masculinos, mi entrenamiento ha sido naturalmente más intenso. Desde que tengo la posibilidad de jugar en el campo realizado por Tozzi Green todo es más bonito, entrenamos como verdaderos profesionales”. Pela habla en Francia sabiéndose portavoz de todas las jóvenes malgaches. Le parece evidente que el hecho de estar allí, además de ser una fiesta personal, tiene un fuerte valor simbólico. Las niñas más pequeñas la miran y dicen “yo quiero jugar como Pela”. Por primera vez, en los poblados internos y aislados de Madagascar, donde la vida de la mujer es dura como la tierra y está prefijada por rígidos esquemas sociales y por un machismo dominante, las jóvenes pueden verse de otro modo, ponerse al mismo nivel que sus coetáneos en el campo y decir “yo soy, yo quiero”. Pela corre en el campo verde bajo la lluvia de París, sonríe y mira a sus compañeras: son fuertes, son libres.
Paola Turroni escritora
“Mira, este es mi padre”, Pela indica con el dedo una figura desenfocada en el fondo de una fotografía, donde aparece durante un entrenamiento. Le brillan los ojos, orgullosa y tímida a la vez. Su padre le dijo en su día: “si es lo que quieres hacer, jugar al rugby, si te hace feliz, ¡adelante, hazlo!”. Tener el apoyo de los padres, construir un proyecto de vida para los jóvenes en el que también participen los adultos son aspectos significativos para sentar las bases de un cambio, para crecer en un clima de auténtica participación de todo el territorio. Para crear una ocasión de emancipación social que esté el alcance de todos es necesario que los adultos crean también en ello, que puedan reconocer en el rostro de sus hijos una mirada distinta, una identidad que se está formando. A Pela le ha costado más con su hermano, ha tenido que combatir mostrándole su férrea voluntad, su pasión cotidiana, ha tenido que demostrar que el rugby la habría hecho mejorar, para conseguir que abandonara su resistencia y se convirtiera en su aliado. Para algunos jóvenes ha sido más difícil afrontar el cambio de sus compañeras, jugar en el mismo campo, cambiarse las camisetas, poner en tela de juicio los roles y dejarse llevar. Pero lo han hecho: en el rugby han encontrado una estructura de juego y reglas que los han llevado a colaborar en la gestión del grupo sin tener en cuenta las diferencias de género, sino las diferencias específicas de cada cual. Para formar un equipo hay que ser diferentes, para cohesionar un grupo hay que considerarse individuos.